Dicen que “lo que no se puede medir, no se puede mejorar”. Pues bien, después de medir nuestros indicadores es momento de ponerse manos a la obra.
Teniendo en cuenta que los desafíos y las expectativas en materia de sostenibilidad evolucionan constantemente (siendo la nueva normativa CSRD un gran ejemplo de ello), la mejora continua es fundamental para que las empresas puedan adaptar sus procesos de sostenibilidad a los cambios regulatorios y del entorno; y mejorando la resiliencia de la compañía en última instancia.
La mejora continua facilita la identificación de áreas de oportunidad, la implementación de soluciones innovadoras y la optimización de recursos, lo que resulta en un desempeño más eficiente y sostenible a largo plazo.
Este enfoque proactivo no solo ayuda a las empresas a cumplir con las normativas y estándares emergentes, sino que también les permite anticiparse a futuros riesgos y oportunidades.
Además, la mejora continua fomenta una cultura de responsabilidad y compromiso dentro de la organización. Al involucrar a todos los niveles de la empresa en la búsqueda de prácticas más sostenibles, se promueve la participación activa y el sentido de pertenencia entre los empleados.
Esto puede resultar en una mayor motivación, creatividad y colaboración, impulsando a la empresa a alcanzar sus objetivos de sostenibilidad de manera más efectiva.

Tiene muchas variantes, pero se puede establecer como un estándar la metodología Plan, Do, Check, Act, que consta de las siguientes fases:

• Plan (Planificar):

Identificar oportunidades de mejora y planificar cambios. 

• Do (Hacer):

 Implementar los cambios en un entorno controlado. 

• Check (Verificar): 

Evaluar los resultados de los cambios implementados. 

• Act (Actuar): 

Si los cambios son exitosos, implementarlos a mayor escala y estandarizarlos; si no, ajustar y volver a probar.

La aplicación de la mejora continua se ve siempre mejor con un ejemplo:

• Contexto

Supongamos que una empresa de fabricación de productos con plásticos ha detectado que aproximadamente un 15% del material plástico se desperdicia debido a ineficiencias en el corte y moldeado de los productos.

• Plan 

Se prepara un programa de reciclaje interno y optimizar los procesos de corte y moldeado. Para ello, se plantea:

• • Adquirir e instalar máquinas de reciclaje de plástico.
  • Capacitar a los empleados en técnicas de reciclaje y gestión eficiente de materiales.
  • Rediseñar el proceso de corte y moldeado para minimizar desechos.

En paralelo se definen los siguientes indicadores:

• • Reducción del desperdicio de material plástico.
  • Aumento del porcentaje de material reciclado utilizado en la producción.
  • Costes operativos asociados a la compra de nuevo material.

• Do 

Se instalan las máquinas de reciclaje, se realiza la formación de empleados y se implementa el nuevo proceso de corte y moldeado en una línea de producción piloto.

• Check

Los indicadores dan los siguientes resultados:

• • Reducción del desperdicio de material plástico del 15% al 5%.
  • Incremento del uso de material reciclado del 0% al 20%.

• Act

Se concluye que la reducción reducción de desperdicio y el aumento del uso de material reciclado han mejorado significativamente la sostenibilidad del proceso.
Se detectan algunos ajustes en la formación del personal y calibración de las máquinas, que formarán parte del siguiente “ciclo” PDCA.

• Sostenibilidad Mejorada: 

La empresa ha reducido significativamente sus residuos y ha aumentado el uso de materiales reciclados, mejorando su impacto ambiental. 

• Costes Reducidos: 

La reducción de desperdicios y el uso de material reciclado han disminuido los costos de materia prima. 

• Reputación y Competitividad: 

La empresa ha mejorado su reputación como un fabricante sostenible y ha ganado nuevos clientes conscientes del medio ambiente.